Museo de Pizarra

La actual edificación que acoge las dependencias del Museo Municipal se ubica en el cortijo Casablanca. Situado a un kilómetro escaso de la localidad, en la carretera que conduce desde Pizarra a la Estación de Cártama (CC-337), justamente en el punto kilométrico 2,300.

Situado sobre una elevación próxima a un cauce fluvial, que desde la Antigüedad fue ocupada por el ser humano. El Museo de Pizarra cuenta con datos que nos remontan a la época romana, es ya en la Edad Media cuando sabemos con certeza de la existencia en este lugar. Un rico latifundio que tuvo continuidad tras la conquista cristiana, y que ha perdurado hasta su adquisición por el Ayuntamiento a finales del pasado siglo.

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En la actualidad el Museo de Pizarra cuenta con unos fondos integrados por unas 5000 piezas, constituye en sí mismo un notable centro turístico. El museo tiene sus instalaciones propias y las salas expositivas denominadas Gino Hollander y Agustín Clavijo. Todo llegan a sumar un total de 800 m² expositivos. Además cuenta con un almacén, un salón de actos y una amplia zona donde aparcar con bellos espacios ajardinados que alcanzan hasta los 1000 m² de extensión, así como un restaurante y varios apartamentos rurales.

Museo – Sala Gino Hollander

Gino Hollander

En la primera de estas salas del Museo de Pizarra se expone una amplia serie de restos arqueológicos. Estos son pertenecientes a diversos períodos históricos y que provienen de distintos países. Entre ellos destacamos por su importancia un bifaz procedente del yacimiento de Olduvai en Tanzania. Bifaz, de los primeros instrumentos usados por una de las más antiguas especies humanas, como es el Homo Habilis. Todo ello sin olvidar los ajuares de la necrópolis. Ajuares de la Edad de Bronce de Los Castillejos de Luna, en la propia Pizarra, amén de una rica colección de urnas cinerarias ibéricas.

Gran trascendencia tiene el mundo romano. Podemos ver una espléndida serie de vidrios y varios tipos de enterramientos que nos permiten valorar su evolución a lo largo de la vida del Imperio. También las cerámicas que utilizaban en la cocina o en la mesa. Así como la presencia medieval, representada, entre otras piezas, por algún capitel de mármol procedente de Córdoba, al que acompañan redomas y candiles de esta época.

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Encontramos, además, un buen conjunto de muebles y enseres tradicionales.  Nos informan acerca de las distintas actividades llevadas a cabo por nuestros abuelos, tales como trillos, yugos, estribos o útiles de zapatero. Así como una rica colección de muebles, pudiendo el visitante contemplar también algunas cerámicas pintadas procedentes de Marruecos.

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Museo – Sala Agustin Clavijo

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La segunda sala ofrece una notable colección de pinturas de Gino Hollander, junto a muebles de los siglos XVI al XIX. Como el típico bargueño español o los sillones fraileros, usados sobre todo en conventos y recintos religiosos. También arcones góticos tardíos de los siglos XV-XVI, y otros bancos tipo Windsor del siglo XIX. Sin que olvidemos una espléndida cajonera burgalesa de carácter religioso que podemos situar entre los siglos XVI-XVII.

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Proliferan los objetos elaborados con materiales perecederos, como pueden ser el esparto y la madera. Estos representados por bandejas, cajitas, serones, fuentes y cuencos. Multitud de utensilios etnográficos, habiéndose recreado dos escenas de la vida cotidiana como serían un dormitorio y una cocina.

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Son varios también los enseres religiosos que pueden contemplarse, junto con algunos albarelos. Recipientes cerámicos para guardar medicamentos, de los siglos XVII-XVIII. Una escultura en madera de un Cristo vestido que fue tallada en Valencia durante el siglo XVIII, mereciendo destacarse un bello libro de salmos escrito en latín.

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Precio especial para grupos concertados por Hacienda Los Conejitos.

Entrada 2€ / mayores de 8 años y grupos de más de 10 pax.